Mañana cuando me vaya

con rumbo a la eternidad,

llevaré siempre templadas

las cuerdas del instrumento

y he de encomendarle al viento

que les derrame mi canto,

no ha de ser el campo santo…

¡Razón pa´olvidar mi acento!

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DÍA DEL PADRE

Consejos del Padre de Hijo de Juana y José (libro de Trovero Sur)

En aquello ¡fue un señor!,
mi padre con sus sermones
y me pintó las cuestiones
tan claras como el podía
luces que alumbran mis días,
mis noches y socavones:

“Si tus alforjas no llevan,
mas que sueños e ilusiones;
agrega mis bendiciones,
la honradez y la nobleza,
¡que es la más firme corteza
entre el pobre y los ladrones!

En este mundo de Dios
hay dolores y dolencia
no hay que perder la paciencia
mortificado en el bien
de bien, será cada quien
se dote de la decencia.

Si la pobreza es carencia
del dinero con sus bienes
debes saber de que tienes
riqueza en el corazón
y en la cabeza, ese don,
de bien rendir lo que obtienes.

 No te quisiera decir
que la vida tiene trampas,
que hay toros negros y pampas
que te pueden asechar
y menos hay que olvidar
que hay mochos y de dos guampas.

 No es la apariencia, una estampa,
en la que puedas confiar
también te puede patear
la tambera sin manea,  
la vaquilla mientras sea,
será mas fácil lidiar.

 Observa al arrear la tropa,
o tal vez en el corral
verás en el animal
conductas no muy serenas
y que en nada son ajenas
al hombre y su cada cual.

Fíjate bien y verás
que hasta el mas chato se agranda,
ante el débil o aquel que anda
con la suerte a mal traer,
allí es donde hay que tener
¡la estatura del que manda!.

La vida es una zaranda
de cruzar muy cauteloso
prudente, no es ser miedoso,
es prevenir y evitar,
ser osado, no es cruzar
el desierto victorioso.

La voluntad, el reposo,
paciencia, idea y talento
dependen de un fino tiento
que es preciso no cortar
¡ni siquiera por probar,
si lo que yo digo es cuento!.

Hay tanto mal en el mundo
que tiene una solución
hay tanta imaginación,
hay tanto razonamiento
y aún, la verdad es un cuento
y la mentira razón”.

Padre, hoy se la lección
que no entendí de inocente,
pero que por ser prudente
la recordé en mis desvelos,
cuando te lleven los cielos
en mi estarás más presente..."

Extracto Libro Hijo de Juana y José (Pág. 33 - 34)


Miguel A. Peña Araneda - Trovero Sur



POEMA              


CIPRIANO, EL VIEJO TROPERO
Trovero Sur


 ¡Por fin hijo! hemos llegado;
fue difícil la jornada… ¿no?
Bueno… hoy se pega un pique al pueblo,
hace uso de su plata
y me trae unas compritas,
que su mamá tiene anotadas;
¡yo le doy para esos gastos!,
a mí, me trae cigarrillos
y unas cuatro damajuanas;
carneamos una vaquilla
y también una potranca,
después de un gran sacrificio
¡se debe alegrar el alma!
qué dice usté’ mi’jo gaucho,
¿corresponde una bailada no?.

  Así habla a su hijo, Cipriano
de vuelta de una tropiada,
orgulloso del cachorro
que ya ha mostrado sus garras,
en 110 días con sus noches,
arriando en la huella larga
de lago OHIGGINS al SIMPSON,
láaa púucha amigo… ¡que jornadas!
           
  ¡Bueno! Invite usted a su amigo,
el que anduvo en la tropiada,
le avisa allí a mi vecino
y si tiene una… peor es nada,
tráigala pa’ que se alegre,
¡pa’ eso el hombre trabaja!
su padre también fue joven
y sabe lo que se siente,
al no ver su prenda amada.
Mas de tres meses llevamos
sin dormir en una cama,
sin alojar bajo techo,
sin sentir una caricia,
la ternura, la mirada,
de una madre, de una esposa,
de una prenda enamorada.
            Tenemos el cuero duro,
pero hay que escuchar el alma…
lo que quiere, lo que pide
y hasta incluso lo que calla,
por eso mijo repito…
¡demos una festejada!
después de todo… ¿Quién sabe,
que pueda ocurrir mañana?
y solo llevamos puestos,
los recuerdos en el alma.
  
Al otro día temprano,
rayando el sol de mañana
se ven colgadas en los cercos:
lonas, mantas, cueros, matras,
unos lazos estirados,
bozales, pierneras, reatas…
como vivo testimonio,
de aquella dura jornada.
   Mientras el viejo Cipriano
saborea una cebada,
de buena yerba BURRITO
y su vieja le informaba,
de todo lo acontecido
estando él, fuera de casa
 Por la noche reunidos
se da comienzo a la farra,
todo es alegre y cordial,
se come, se bebe y baila,
mientras los viejos comentan
recuerdos tristes y tallas.
      ¡Alegre! estaba Cipriano,
se reía a carcajadas…
ese día más que nunca,
le brotaba desde el alma,
orgullo, satisfacción,
¡qué sé yo…! lo que pensaba.

Al tiempo me lo contó
su viejo amigo del alma,
había cumplido Cipriano
lo que en su vida anhelaba,
que al menos su hijo menor,
¡saliera gáaucho… a su Tata!
y poderlo presenciar
ya que viejo se encontraba,
saberlo buen domador,
buen amigo y gaucho pampa,
que no se le iba un bagual,
sin colgar lazo en las guampas
y a pesar de ser muchacho,
ser respetado por los “Maulas”,
           prudente, trabajador, más,
          más Cipriano, no esperaba.
            Por eso quise esta fiesta,
dijo a su amigo del alma,
siempre sentí que la vida
me jugó serias pasadas;
hoy, hoy soy un viejo feliz
veo mi suerte cambiada,
por eso quise esta fiesta,
después de todo ¿Quién sabe…
que pueda ocurrir mañana?.
pero sí, ya estoy seguro
morir en paz con mi alma…
y cuando ande M’ijo gaucho,
por esas duras tropeadas,
yo seré como su sombra
arriando en la huella larga,
pa’ ayudarlo con el grito:
¡FUERA… FUERA!
en las montañas.
            
Resultó ser despedida
´uutta madre… que macana
gaaaucho tropero Cipriano,
la muerte lo embozalaba
pa’ llevárselo de tiro,
¡no pegó ni una sentada!
            tal vez, porque iba feliz,
feliz y en paz con su alma,
porque ahora si podría…
desde el más allá,
cuando ande por las tropeadas,
ayudar a su hijo gaucho
a arrear por la huella larga,
con el grito del tropero:
¡fueeraaaa… fueeraaa…!
como un eco en las montañas.


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